¿Cuándo ir al fisio?
Cuando una persona experimenta dolor, este puede tener múltiples causas, como caídas, lesiones, tensiones musculares, compresión de nervios, problemas articulares, desórdenes posturales, ansiedad o estrés. Este dolor actúa como una señal de advertencia de nuestro cuerpo, indicando que algo no está funcionando correctamente. En nuestro centro de fisioterapia de Granada, entendemos la importancia de abordar este dolor y sus causas de manera integral.

¿Cómo trabajamos?
Como fisioterapeutas, realizamos una exploración completa y minuciosa de cada paciente. A través de un estudio exhaustivo, nos esforzamos por no solo aliviar el dolor del paciente, sino también por comprender y tratar las causas subyacentes que pueden estar provocando dicho dolor.
Utilizamos todas nuestras herramientas y conocimientos para disminuir el dolor y prevenir recurrencias.
Nuestro objetivo
Brindar un enfoque global y personalizado, especialmente cuando el origen del dolor no es traumático.
Ya sea que el dolor provenga de una lesión, una tensión muscular, un problema articular o cualquier otra causa, estamos comprometidos a proporcionar un tratamiento integral y efectivo para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.
Patologías que tratamos
En nuestro centro de fisioterapia en Granada, nos dedicamos a tratar una amplia variedad de disfunciones o patologías, sin importar su origen.

Lesiones
traumáticas
Esguinces
Luxaciones
Fracturas
Tratamientos post-cirugía (artroscopias, ligamentoplastias, prótesis…)

Lesiones
deportivas
Sobrecargas musculares
Roturas fibrilares
Patología inflamatoria (epicondilitis, epitrocleítis, fascitis plantar, tendinopatías rotulianas…)
Elongaciones o esguinces de ligamentos

Alteraciones
neurales
Ciáticas
Síndromes del túnel carpiano
Síndromes del desfiladero torácico

Tratamiento
de cicatrices
Post-quirúrgicas
Tras lesiones traumáticas

Alteraciones
musculoesqueléticas
Protusiones o hernias discales
Cervicalgias
Dorsalgias
Lumbalgias
Ciatalgias
Contracturas musculares
Puntos gatillo
Tendinopatías (epicondilitis, bursitis, tendinopatías rotulianas…)
Secuelas de accidentes de tráfico (latigazos cervicales, esguinces cervicales, etc)
Escoliosis u otras alteraciones posturales

Síndrome
de dolor orofacial
Bruxismo
Alteraciones de la articulación temporomandibular (procesos degenerativos, luxaciones o subluxaciones, etc)
